17 de abril de 2013

TRIGÉSIMA PRIMER ESCENA

Salgo de casa de Carlos con el ánimo por el suelo; creo que no volveré a frecuentarlo a él ni a Frank, ni a mis demás amigos; me convenzo de que ninguno realizaba algún aporte importante para mi salud mental. No entiendo por qué empiezo a verlos tan ridículos con sus comentarios acerca de las mujeres. Sus esposas, sus amigas y amantes, comienzan a despertar en mí un sentimiento de compasión, empiezo a verlas como niñas buenas, bonitas e inteligente, creo que empieza a cambiar mi mentalidad de macho infalible, y contrario a lo que antes veía en ellas, su inexperiencia se transforma para mí en vulnerabilidad. Creo que mujeres como ella no tendría por qué someterse a hombres como mis amigos, incluso como yo. Lamenté tener que admitir que eran totalmente indefensas frente a los buitres que eramos nosotros. De repente, empecé a sentir una gran pena interior, vergüenza de verme reflejado en mis amigos, que con orgullo gritaban a los cuatro vientos que nunca se habían enamorado. -No puede ser -dije para mis adentros. ¿Ahora cómo podría ayudarlas a ellas? ¿Desde cuándo me había convertido en salvador? Creo que lo mejor era apartarme de mis amigos para evitar sentirme abochornado, esta vez, al notarme presenciando escenas tan grotescas como las palabras que salían de sus bocas. Pensé en regresar y buscar a mi madre: no entiendo por qué había creído que sólo ella era la única mujer buena en el planeta si todas poseían el mismo don de ser madres como la mía, y al fin de cuentas, casi la mayoría terminaban siéndolo. Sentí tristeza por mis afirmaciones pasadas y sobre todo mi anterior convencimiento de que mis amigos y yo éramos los superman de la época y ellas nuestras subalternas, nuestras, mejores sirvientas de sexo y de todo lo demás. ¡Qué estúpidos fuimos! Sabía que la mayoría de  las miles de mujeres que pasaron por mis manos se había enamorado realmente y se entregaron a mi con la ilusión de que las amara por siempre, y todo por culpa de mis promesas. Empecé a recordarlas una a una. No supe qué sentir; me miré al espejo y empecé a verme como el hombre más detestable del mundo, las lágrimas que había hecho derramar por culpa de mi "hombría" nunca tendrían el perdón de Dios.
   ¿Desde cuándo me había convertido en un patán? No estaba seguro si desde siempre lo había sido, me convencí de que no merecía el amor de ninguna  y para mi desgracia estaba empezando a enamorarme; ya todos mis amigos se habían burlado de mí como yo lo había hecho en múltiples ocasiones con ellas. ¿Qué clases de amistades tenía? En realidad estaba más solo que nunca y causado por mi nuevo sentimientos hacia Hanna. Creo que al fin de cuentas no me encontraba tan solo. El amor por Hanna empezaba a hacerme sentir acompañado por ella, aún si encontrarse cerca de mi cuerpo. Suspiré. No podía creer que la locura del amor pudiera generar en mi tantas reflexiones, tantos cambios, tanta felicidad y al mismo tiempo, tanto temor. Empecé a sentirme como un niño, cuando no tiene a su madre, indefenso, pero al mismo tiempo muy hombre, creo que mis últimos sentimientos eran, todos, por primera vez, pues de esa manera me sentí cuando pude reconocerme como un verdadero ser humano. Me confesé conmigo mismo, respiré profundamente, me sentí alivianado. Por fin descansé.

3 comentarios:

  1. Ay Tom la culpa te tiene asii..

    Soguelaaa ya quiero saber q pasara con el y Hanna..

    Bye cuidate :D

    ResponderEliminar
  2. woow!!!
    Tom si que sorprende
    ya quiero leer mas, esta genial me encanta mucho
    sube pronto
    cuidate bye

    ResponderEliminar
  3. tom enamorado ya quedó loco xD
    pasara algo más con hanna?? e.e
    espero el prox
    bye cte:)

    ResponderEliminar

Nos vemos en la siguiente escena.
Gracias :3